martes, 22 de enero de 2008

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA /A


LECTURAS
y Moniciones

GENESIS 12, 1-4a

En aquellos días, el Señor dijo a Abrán: «Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo». Abrán marchó, como le había dicho el Señor

II TIMOTEO 1, 8b 10

Querido hermano: Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal, por medio del Evangelio.

 

MATEO 17, 1 9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo». Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levantaos, no temáis». Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos».

 

 

LA MISA DE HOY

 

SALUDO

Hermanos: Que Dios Padre, que en su Hijo Jesucristo, nos muestra su gracia y nos llama vivir como hijos suyos esté con todos vosotros.

 

ENTRADA

Caminamos hacia la Pascua. En este itinerario cuaresmal la oración, la caridad y el ayuno van ayudándonos en el proceso de conversión al amor de Dios Padre.

 

Hoy, en la escena evangélica de la Transfiguración, Cristo se muestra como el Hijo amado de Dios Padre. Dios Padre nos lo presenta como su Palabra: plena de vida y esperanza. Asistimos a un anticipo de la gloria de la Pascua. La Pasión y muerte de Jesús quedan iluminadas a la luz de la Resurrección.

 

Que esta Eucaristía nos vaya configurando con Cristo, Palabra revelada del Padre. Que en medio de las dificultades la fidelidad de Dios ilumine nuestro testimonio cristiano para poder dar razón de Cristo, esperanza y vida nuestra.

 

 

ACTO PENITENCIAL

En el seguimiento de Cristo, con frecuencia experimentamos en nosotros infidelidad y rechazo a su Palabra. Humildemente pedimos a Dios Padre perdón por nuestros pecados.

 

    * Porque ponemos excusas a la hora de vivir de forma auténtica nuestra fe en Jesús, el Hijo amado del Padre. Señor, ten piedad

    * Porque olvidamos la dimensión misionera en nuestra vida cristiana, debido a la comodidad y la pereza. Cristo, ten piedad.

    * Porque no te escuchamos como la única Palabra que da vida, e ilumina la cruz como paso a la Pascua. Señor, ten piedad.

 

 

LECTURA NARRATIVA

Dios llama a Abraham para formar un pueblo que será el que recibirá las promesas y del que nacerá el Salvador, el Mesías esperado y anunciado. La vocación de Abraham comporta una serie de exigencias. Deja todo y se pone en camino. Él responde a Dios desde la fe: una fe en el Señor que implica amistad, confianza, disponibilidad y obediencia a la Palabra. Dios sostiene y acompaña a Abraham en su vocación.

 

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 32)

 

R/.  Que tu misericordia, Señor,

venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti.

 

La palabra del Señor es sincera

y todas sus acciones son leales;

él ama la justicia y el derecho,

y su misericordia llena la tierra.

 

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,

en los que esperan en su misericordia,

para librar sus vidas de la muerte

y reanimarlos en tiempo de hambre.

 

Nosotros aguardamos al Señor:

él es nuestro auxilio y escudo.

Que tu misericordia, Señor,

venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

 

 

LECTURA APOSTÓLICA

San Pablo anima a los cristianos a colaborar en el anuncio del Evangelio, fortalecidos y animados por la gracia de Dios que se nos ha dado y comunicado en Jesucristo. Hemos sido llamados a la fe. La respuesta a la vocación a la santidad cristiana requiere de nosotros fidelidad y confianza.

 

 

LECTURA EVANGÉLICA

Jesús se revela a tres de sus discípulos como el Hijo de Dios. Él es el Mesías glorioso, el Señor. Dios Padre no sólo ratifica la identidad de su Hijo Jesús, sino que también nos lo muestra como su Palabra. Palabra que lleva a cumplimiento y completa la Ley y los Profetas. Dios nos invita a escuchar a su Hijo: es escucharle a Él mismo. Jesús anticipa para nosotros su resurrección, ayudándonos a ver el momento de su Pasión y muerte en la cruz como camino hacia la Pascua, hacia la vida definitiva del Padre.

 

 

ORACIÓN DE LOS FIELES

† El Señor es compasivo y misericordioso. Él atiende nuestras súplicas. Confiando en la misericordia de Dios le presentamos nuestras necesidades: Conviértenos, a ti, Señor.

 

    * Por toda la Iglesia, para que la vivencia de la fe en Jesús haga de cada uno de los bautizados testigos convencidos del amor de Dios Padre. Oremos

    * Por los que trabajan en el mundo de la educación y la cultura para no eliminen en sus tareas y actividades el papel imprescindible que tiene la relación con Dios en el crecimiento y desarrollo integral de la persona. Oremos

    * Por todos los que pasan por dificultades en su vida para que la confianza en Dios, sea la fuente de serenidad, fuerza y esperanza a la hora de afrontar las situaciones dolorosas. Oremos.

    * Por esta parroquia (esta comunidad) para que viviendo como hijos amados de Dios favorezcamos un auténtico seguimiento de Cristo y una sincera caridad y fecundo servicio a los hermanos. Oremos

 

 

† Señor Jesús, sólo Tú tienes palabras de Vida eterna. Que a la luz de la resurrección comprendamos los momentos de pasión y sufrimiento como paso necesario a la Vida plena de la Pascua. Tú que vives y reinas…

 

 

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